Como cada año, desde el 2004, se celebró este 26 de diciembre la fiesta patronal de la diócesis en honor a San Vicente Abad y Mártir, ceremonia que reunió a parte de la Conferencia Episcopal de El Salvador, al clero diocesano, autoridades civiles y militares y a un considerable número de fieles.
Mons. Rauda, resaltó en la homilía, que la fiesta patronal coincide con la festividad del protomártir San Esteban, y que por tanto, después de vivir con alegría el nacimiento del Salvador, se debe aprender de esos testigos de la fe.
“La realidad del verdadero discípulo es la persecución, puesto que Cristo es el primer mártir; él desde su más tierna infancia ya estaba destinado a ser perseguido”, manifestó el obispo.
“Vivir los momentos felices de Cristo es fácil, el ser testigo de Él con la vida misma es la manifestación del verdadero discipulado”, expresó.
Al final de la Eucaristía los Obispos concelebrantes, a invitación de Mons. Elías, dirigieron algunas palabras a los congregados en donde manifestaron la cercanía con el clero y fieles de la diócesis, a la vez que expresaron sus buenos deseos para el próximo año.
San Vicente fue un monje benedictino, abad del monasterio de San Clodio de León, España. Sobresalió por su lucha contra la herejía arriana. Durante una invasión de los suevos arrianos, comandados per Reciano, éste atacó el monasterio, que se encontraba en los alrededores de León, y detuvieron al abad. Torturado, mantuvo su posición hacia la herejía y fue condenado, muriendo de un golpe de espada en la cabeza.
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