Cientos de feligreses participaron en la santa Misa Crismal, que Monseñor Elías Rauda presidió en la catedral de San Vicente.
El pasado miércoles santo, se realizó en la catedral de San Vicente, la Misa Crismal, en la cual el Obispo consagra el santo Crisma, y bendice los aceites del oleo de los catecúmenos y de los enfermos. La celebración fue presidida por Monseñor Elías Rauda, quien se hizo acompañar por la gran mayoría del clero.
Durante la Misa, alrededor de 60 sacerdotes renovaron sus promesas y reafirmaron su compromiso pastoral frente al pueblo de Dios. Cabe destacar que en esta celebración se pone de manifiesto la comunión entre el Obispo y su clero, la cual se expresa con la renovación que cada sacerdote hace de las promesas sacerdotales expresadas el día de su Ordenación.
En su homilía, Monseñor Rauda destacó la importante labor del sacerdocio, la cual según dijo, fue inaugurada en el cenáculo cuando Jesús compartió la ultima cena, por lo que manifestó que el sacerdote está llamado a ser imagen de Cristo con sus actos y palabras. A demás subrayó que las palabras del evangelio en el cual Jesús se manifiesta en la sinagoga deben tener igual resonancia para el clero.
“También como sacerdotes hemos recibido por imposición de las manos del Obispo el don del Espíritu, para continuar la misión de Cristo. Y hoy se tiene que cumplir en cada sacerdote, las palabras de Jesús, porque es enviado hacer el bien, a anunciar la buena noticia que salva, a iluminar y a testimoniar con su palabra y con su vida misma esa buena noticia del reino”, afirmó.
Así mismo, durante la Eucaristía, Monseñor Rauda consagró el Santo Crisma y bendijo los Santos Oleos, los cuales son depositados en tres grandes ánforas, para luego ser distribuidas a las diferentes Parroquias de la Diócesis.
Los aceites perfumados por el Obispo son; el Santo crisma, con el que se ungirán a lo largo del año a todos los recién bautizados; sustancia que también servirá para sellar a los nuevos confirmados y para ungir a los sacerdotes que sean ordenados.
De igual modo, los Santos óleos, con los cuales son signados los catecúmenos como preparación y disposición previa al bautismo, oleos que también son empleados por la Iglesia para impartir el sacramento de la Unción de enfermos para que los dolientes reciban el alivio de su debilidad y consigan el perdón de sus pecados.
Con la celebración de la Misa Crismal, los sacerdotes renuevan sus promesas y recuerdan la institución de tal sacramento, por ello cada año, el Obispo se reúne con su clero para celebrar juntos este don, en el cual participan los feligreses con igual jubilo y esperanza. La Misa Crismal es además, la antesala de la cena del señor con la cual se inaugura el triduo pascual, que son los días fuertes de esta semana Santa.
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