sábado, 24 de marzo de 2012

Un nuevo Presbítero y un nuevo Diácono para la Diócesis de San Vicente

Con una gran cantidad de asistentes en la Iglesia Catedral, este sábado 24 de marzo, se llevó a cabo una solemne Eucaristía en la que se confirió el Diaconado al seminarista René Barrera y el Presbiterado al diácono Misael Gómez. 

La Eucaristía inició a eso de las 10 hrs, y fue presidida por  Monseñor Elías Rauda, acompañado de Monseñor David Zywiec, obispo auxiliar del Vicariato Apostólico de Bluefields, Nicaragua; además de gran parte del clero diocesano, religiosas, seminaristas, familiares de los ordenados y numerosos feligreses de distintas parroquias.

Durante la Homilía el pastor diocesano señaló algunas connotaciones del misterio de la vocación sacerdotal, tal como lo manifiestan las lecturas que se proclamaron, concernientes al llamamiento de Jeremías y la confirmación de la llamada del Apóstol Pedro.

“El Señor llamó en su juventud a Jeremías, esto debe hacer que nosotros pongamos la atención en establecer una pastoral vocacional que integre hasta los niños, porque cuidar la vocación significa cuidarla desde la infancia”, dijo.

“Cristo viene a confirmar el llamado de Pedro, aún después de tres años de discipulado. Esto es importante, pues Dios no sólo llama en una etapa, siempre está pidiendo que renovemos nuestros sí, que renovemos nuestra entrega”, indicó.

Resaltó, además, que parte importante de ese misterio de la vocación sacerdotal es el servicio a la comunidad a ejemplo de Cristo que se entregó por ella.

“Los sacerdotes tenemos que tener solicitud pastoral, incluso de dar la vida. Nos debe estimular en ese sentido el ejemplo de Monseñor Oscar Arnulfo Romero que aunque el Nuncio le comunicó que corría peligro de ser asesinado, él se quedó con sus hermanos porque quería ser fiel a la porción que el Señor le había encomendado”, manifestó.

“Sin duda, todo esto no lo podemos hacer si no estamos bien aferrados a Jesucristo, porque es sólo por amor que podemos realizar una verdadera entrega”, concluyó.

A continuación se procedió a la ejecución de los ritos previstos para conferir el diaconado al seminarista René  y el Presbiterado al Diácono Misael.

El Orden Sacerdotal, que siempre es un don de Dios inmerecido por parte de los hombres, culmina todo un proceso de preparación, de discernimiento, de muchas esperanzas acumuladas, que en el rito litúrgico tienen su cumplimiento. La Ordenación es también el inicio de una nueva etapa. El consagrado por el Espíritu Santo en el sacramento del Orden es puesto al servicio de Dios y de los hombres, de una manera nueva. 





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